8 – Malaquías

Malaquías 3:8-10

¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.

Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.

Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.

Este es tal vez el pasaje más usado fuera de su contexto cuando se trata el tema del diezmo y la iglesia.

Ya hemos visto en la primera parte de este libro que la ley no se aplica a la iglesia; también hemos visto en el capítulo anterior que la ley del diezmo y la ley de las ofrendas fueron dadas exclusivamente para el pueblo de Israel; ¿tendríamos que saltarnos esas dos conclusiones para poder aplicar esto a la iglesia? Claro que sí, pero no dejemos de estudiar el pasaje.

¿Quién fue Malaquías? ¿Por qué escribe? ¿Cuándo? ¿A quién lo dirige?

Ahora nuestro viaje imaginario nos lleva a unos 450 años antes de Cristo, los israelitas están exiliados en Persia; obtendremos mayor información histórica del libro de Nehemías, contemporáneo del profeta Malaquías. Le recomiendo leer todo el libro, aquí tomaremos los puntos que atañen a nuestro estudio.

Nehemías

Nehemías estando en el exilio en Persia, siendo copero del rey, escuchó de la triste condición en que se encontraba Jerusalén y el templo, y luego de hallar gracia ante el rey, pudo organizar la reconstrucción de Jerusalén, los muros, el templo, y el servicio de los levitas y sacerdotes. Esdras fue el escriba y sacerdote que le ayudó en la tarea de la reconstrucción.

Luego de mucha oposición y al terminar la reconstrucción, los israelitas leyeron el libro de la ley, e hicieron promesa al Señor; luego de firmarla todo el pueblo se reunió e hicieron un juramento; leámoslo en Nehemías 10:37-39

Que traeríamos también las primicias de nuestras masas, y nuestras ofrendas, y del fruto de todo árbol, y del vino y del aceite, para los sacerdotes, a las cámaras de la casa de nuestro Dios, y el diezmo de nuestra tierra para los levitas; y que los levitas recibirían las décimas de nuestras labores en todas las ciudades; y que estaría el sacerdote hijo de Aarón con los levitas, cuando los levitas recibiesen el diezmo; y que los levitas llevarían el diezmo del diezmo a la casa de nuestro Dios, a las cámaras de la casa del tesoro.

Porque a las cámaras del tesoro han de llevar los hijos de Israel y los hijos de Leví la ofrenda del grano, del vino y del aceite; y allí estarán los utensilios del santuario, y los sacerdotes que ministran, los porteros y los cantores; y no abandonaremos la casa de nuestro Dios.

Luego en Nehemías 12:44:

En aquel día fueron puestos varones sobre las cámaras de los tesoros, de las ofrendas, de las primicias y de los diezmos, para recoger en ellas, de los ejidos de las ciudades, las porciones legales para los sacerdotes y levitas; porque era grande el gozo de Judá con respecto a los sacerdotes y levitas que servían.

Estas cámaras del tesoro eran para recoger allí el diezmo, es el Alfolí mencionado en Malaquías.

Pero mire lo que pasa a continuación, en Nehemías 13:4-11:

Y antes de esto el sacerdote Eliasib, siendo jefe de la cámara de la casa de nuestro Dios, había emparentado con Tobías, y le había hecho una gran cámara, en la cual guardaban antes las ofrendas, el incienso, los utensilios, el diezmo del grano, del vino y del aceite, que estaba mandado dar a los levitas, a los cantores y a los porteros, y la ofrenda de los sacerdotes.

Mas a todo esto, yo no estaba en Jerusalén, porque en el año treinta y dos de Artajerjes rey de Babilonia fui al rey; y al cabo de algunos días pedí permiso al rey para volver a Jerusalén; y entonces supe del mal que había hecho Eliasib por consideración a Tobías, haciendo para él una cámara en los atrios de la casa de Dios.

Y me dolió en gran manera; y arrojé todos los muebles de la casa de Tobías fuera de la cámara, y dije que limpiasen las cámaras, e hice volver allí los utensilios de la casa de Dios, las ofrendas y el incienso. Encontré asimismo que las porciones para los levitas no les habían sido dadas, y que los levitas y cantores que hacían el servicio habían huido cada uno a su heredad.

Entonces reprendí a los oficiales, y dije: ¿Por qué está la casa de Dios abandonada? Y los reuní y los puse en sus puestos. Y todo Judá trajo el diezmo del grano, del vino y del aceite, a los almacenes.

¿Está usted comprendiendo lo que estaba pasando en Jerusalén?

¿No? Léalo de nuevo.

Apenas Nehemías regresó a Persia, varios levitas y sacerdotes descuidaron el servicio, y esto desanimó a varios otros.

• El sumo sacerdote construyó una cámara para un familiar en la cámara donde se almacenaba el diezmo, llamada alfolí en el libro de Malaquías.
• La parte del diezmo correspondiente a los levitas no les estaba siendo dada
• Los levitas y cantores habían abandonado el servicio
• El templo estaba abandonado

Eliasib, el sumo sacerdote (Nehemías 3:1) había usado el alfolí para construir allí una habitación a Tobías, su nuevo pariente político, ¿y sabe quién era Tobías?, el peor enemigo de Nehemías, junto con Sanbalat y Gesem. Lea Nehemías capítulo 2:9-20; capítulo 4:2-8; y todo el capítulo 6.

El sumo sacerdote albergando en el templo al enemigo de la obra ¡no podía haber nada más decepcionante para Nehemías! ¿Y para Dios? ¡También!

Malaquías

¿Entiende ahora porqué Dios dio profecía a Malaquías?

Malaquías 1:1

Profecía de la palabra de Jehová contra Israel, por medio de Malaquías.

¿Para quién o contra quién es la profecía? Parece que fuera contra todo el pueblo de Israel, pero leamos el verso 6:

El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre.

Y Malaquías 2:1

Ahora, pues, oh sacerdotes, para vosotros es este mandamiento.

Y Malaquías 2:4

Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví, ha dicho Jehová de los ejércitos.

Y Malaquías 2:8

Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos.

Y Malaquías 3:2-3

¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia.

En estos cinco pasajes vemos que la profecía de Malaquías estaba dirigida especialmente para los sacerdotes y los hijos de Leví, que incluye a sacerdotes y levitas. En Malaquías 2:1 dice que este mandamiento es para los sacerdotes, ¿cuál mandamiento? Usted puede leer los siguientes versos y no va a encontrar ningún mandamiento sino hasta Malaquías 3:7 “Volveos a mí…¿en qué hemos de volvernos?…¿en qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.

Ahora podemos entender un poco más los clásicos versículos de Malaquías 3:8-10

¿Quiénes estaban robando a Dios? La nación toda, pero empezando por los sacerdotes y levitas.

¿Quiénes tenían que llevar los diezmos al alfolí? Los levitas. Recuerde que los levitas recolectaban el diezmo, y luego daban el diezmo del diezmo a los sacerdotes, pero solo lo mejor. Recuerde también que el diezmo eran granos, frutos y animales; por eso el profeta dice “haya alimento en mi casa”.

Todo eso estaba descuidado. Los levitas no traían lo mejor, o lo traían incompleto, es decir se quedaban con la mejor parte y con más de lo que debían quedarse; al mismo tiempo los sacerdotes les retenían de su porción. De lo que recibían los sacerdotes también tenían que ofrecer lo mejor al Señor, y no lo estaban haciendo.

Dice la profecía en Malaquías 1:6-8, directamente a los sacerdotes:

Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable. Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo?

¿Quiénes ofrecían pan inmundo, o animal ciego, cojo o enfermo? No eran los hijos de Israel, sino los sacerdotes. Recuerden que los hijos de Israel entregaban el diezmo sin mirar si era bueno o malo; eso era recibido por los levitas, quienes tenían que escoger el diezmo del diezmo y llevarlo a los sacerdotes, pero solo lo mejor; y luego los sacerdotes ofrecían de eso en el altar. De manera que finalmente los que determinaban que se presente lo mejor eran los sacerdotes; probablemente ellos –y también los levitas- se estaban quedando con lo mejor y ofreciendo a Dios lo peor. Lea también los versos 12 al 14.

Además los sacerdotes fueron infieles a sus mujeres, según Malaquías 2:13-14:

Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano. Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto.

Esto no solo encolerizó a Nehemías, y también a Malaquías, sino, como dije antes, al mismo Dios, por eso los maldice, no solo a los sacerdotes, sino a la nación toda; pero es claro que el reclamo de Dios va principalmente contra los sacerdotes. Como en muchas profecías, la misericordia de Dios se ofrece si es que hay un cambio. Si todos cumplían con la ley del diezmo, entonces Dios les bendeciría en abundancia.

¿Qué tiene esto que ver con los creyentes y la iglesia? Absolutamente nada.

¿Qué tiene que ver esto con el dinero? Nada.

¿Algún símil? ¿Esta maldición es para los creyentes del Nuevo Pacto si no ofrendan? No. No hay maldición para los creyentes, al menos no directamente; se podría entender que si un creyente no siembra, como resultado no va a cosechar, y estaría perdiendo bendición; pero recuerde que en el Nuevo Pacto los necesitados y las viudas no ofrendaban, pero sí recibían de las ofrendas. Por lo tanto, lo correcto es decir que si un cristiano ha sido prosperado y no siembra generosamente, que no espere cosechar generosamente; nada más.

Cuestionario – Malaquías

¿Quién era Nehemías?

¿Quiénes eran Eliasib y Tobías?

¿A quién o quienes estaba dirigida la profecía de Malaquías?

¿Por qué Dios dio esta profecía a Malaquías?

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