Introducción

El maestro del estudio bíblico lo dijo a media voz, mientras los alumnos llegábamos y ocupábamos nuestros asientos, “Hoy estudiaremos sobre el diezmo, algo que ni yo cumplo”.

Nuestras miradas se encontraron inmediatamente, él sonreía. Yo estaba pasmado. Esos segundos han quedado grabados en mi mente en cámara lenta. Creo que él se sentía feliz de haber sido honesto, aunque probablemente yo fui el único que lo escuché, pero creo que eso le bastó a él para descargarse y poder dirigir la reunión más relajado. Luego estudiamos las escrituras, era un tipo de reunión abierta al debate, pero se dijeron tantas cosas fuera de su contexto bíblico, y se repitieron varios mitos escuchados por allí, que eso me empujó a volver a revisar las escrituras en los días siguientes, y finalmente escribir este pequeño tratado sobre el tema.

Desde muy joven me he encontrado en encrucijadas parecidas, por un lado la enseñanza tradicional recibida y por otro lado la palabra de Dios; aprendí que la mejor manera para salir de esa encrucijada era enfrentar el tema desde la raíz. Primero, poner en duda todo lo aprendido, excepto la palabra de Dios; derribar toda estructura en mi mente sobre el tema, y luego volver a empezar de cero, solamente construyendo sobre bases sólidas y con ladrillos ciertos y bien cimentados.

Este estudio está a dirigido a creyentes no teólogos, mientras lo he ido desarrollando he enfrentado algunos puntos que requieren de un estudio más profundo, y por su extensión se han quedado en el tintero, de manera que estoy planeando escribir en el futuro un libro más extenso y profundo sobre el tema.

He escuchado varios sermones y leído estudios acerca del tema, y la mayoría de ellos empiezan por el Antiguo Testamento; aquí lo haremos de una manera diferente. ¿Por qué? Hace algunos meses escuché una ilustración expuesta por mi pastor acerca de lo verdadero. Esta ilustración consiste en explicar que a los empleados de un banco se les entrenaba para poder diferenciar los billetes verdaderos de los falsos, ¿en qué consistía ese entrenamiento?, ¿en enseñarles las características de los billetes falsos?, no, por el contrario, se les enseñaba a identificar las características de los billetes verdaderos, de manera que hasta con los ojos cerrados ellos podrían reconocer un billete verdadero; el riesgo de enseñarles las características de los billetes falsos, es que cada falsificador imprimiría billetes con diferentes características, y falsificaciones nuevas se hacían con frecuencia.orden_testamentos

No quiero decir que las instrucciones del Antiguo Testamento son falsas o carentes de valor, no es así; el Antiguo Testamento es muy importante para los cristianos (Romanos 15:4, 1ra Corintios 10:11), pero creo que mucha de la instrucción en las iglesias respecto al dinero está basada innecesariamente en el Antiguo Testamento, como si no existiera instrucción específica en el Nuevo Testamento. Si conocemos bien la instrucción para los creyentes del Nuevo Pacto, será más fácil identificar lo que no es compatible con esa instrucción. El conocer lo verdadero le dará a usted libertad; los judíos creían que por ser descendientes de Abraham eran libres, pero Jesús les hace ver que son esclavos del pecado, y que la verdadera libertad viene por conocerle a Él. Juan 8:31: Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

Probablemente al no usar el orden cronológico para este estudio me expongo a la crítica, es cierto. Si usted desea estudiar más a fondo el tema podría leer la Biblia completa desde Génesis a Apocalipsis, y le aseguro que tampoco lo habrá hecho en orden cronológico. ¿Qué hacemos para ayudar a un creyente nuevo a conocer a Dios por medio de su palabra?, ¿le recomendamos leer todo el Antiguo Testamento antes del Nuevo?, no, de seguro se rinde en los primeros capítulos de Levítico, sino lo hizo ya antes; ¿qué hacemos? Le recomendamos el evangelio de Juan, o el de Lucas, ¿por qué? Porque allí conocerán a Jesús -la verdad- y la verdad les hará libres.

Al leer las enseñanzas de Jesús en los evangelios encontramos que él frecuentemente usaba el orden cronológico para sus enseñanzas, por ejemplo en el sermón del monte, oísteis que fue dicho, citaba al Antiguo Testamento, pero yo os digo y dictaba su enseñanza (Mateo 5:21). También cuando ya resucitado se encontró con los discípulos camino a Emaús (Lucas 24:13), les habló … y comenzando desde Moisés….

Pero esto no es una norma, miremos por ejemplo el sermón de Pedro en Hechos 3, luego de que el cojo fue sanado. Inicia hablando de Jesús, luego de los profetas, luego de Moisés, y finalmente de Abraham, es decir en el orden cronológicamente inverso. Así que, estimado lector, no tropiece con este detalle fuera de lo tradicional y acompáñeme.

A lo largo del estudio me referiré a las enseñanzas en la ley dada a Moisés como “el diezmo de la Ley”, para diferenciarlo no sólo de las ofrendas del Nuevo Pacto, sino también de las ocasiones en que el Antiguo Testamento habla del diezmo previo a la ley dada a Moisés.

Este pequeño libro está orientado para el estudio personal del creyente, por eso al final de cada capítulo hay un cuestionario que podrá responder si desea reforzar su entendimiento del estudio, y al final de cada parte hay una sección de preguntas frecuentes. Sin embargo, he establecido las partes y capítulos con cuestionarios pensando que quizás algún maestro quisiera usarlo en un grupo de estudio. Estimo que cada capítulo puede ser cubierto en un tiempo de entre 30 y 45 minutos.

La traducción usada en los textos bíblicos es la Reina Valera Revisión 1960, a menos que se indique otra versión.

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2 respuestas a Introducción

  1. Pingback: Prólogo | Tinaja y Vasija

  2. Sacha dijo:

    Yo de curiosa me encuentro con esto en el 2018 y me parece ¡INTERESANTE! Acepto todo lo que contribuya a edificar mi vida. ¡Amen!

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